• Se lleva a cabo en el mes de Febrero
    Pueblo de Santiago Tulyehualco

    En los tiempos prehispánicos el “Huautli” la semilla o grano de amaranto, fue uno de los alimentos básicos de América, casi tan importante como el maíz y el fríjol, el amaranto se utiliza desde épocas prehispánicas y se le relacionó con leyendas y mitos.

    El calendario azteca señalaba varios días en que las mujeres molían la semilla, la mezclaban con miel y a la pasta resultante le daban forma de pájaros, serpientes montañas y dioses, estas figuras servían de alimento durante las ceremonias de los grandes templos como ofrenda a los dioses.

    El Huautli estaba asociado con rituales paganos en honor a sus dioses. Cuando los aztecas efectuaban el principal festejo del año dedicado a Huitzilopochtli, el centro de la ceremonia se constituía por un enorme ídolo del dios, confeccionado con masa de huautli y miel de abeja de maguey, tuna roja, el cual era admirado por la gente de la ciudad para luego ser despedazado y comido “con reverencia, temor y lágrimas”.

    Esta ceremonia se le llamaba Teokualo. La masa del huahtli tenía un lugar importante en las ceremonias religiosas, con ellas se elaboraban los Huaunquiltamalli para ser ofrecidos a Xiuhtecutli, dios del fuego.

    De lo anterior se desprende que el huautli era la planta ceremonial más importante de los aztecas y otros pueblos del México prehispánico, sin embargo, con la llegada de los españoles, los misioneros se encargaron en abolir las ceremonias religiosas y por ende, eliminar el cultivo de la semilla. Pero la magnífica adaptación de la planta a nuestros climas, y su gran resistencia a las heladas y plagas, así como el sentido tradicionalista del pueblo, impidió su desaparición.

    La semilla de amaranto se consumía especialmente en forma de atoles y tamales. Los productos más comunes era una esfera de amaranto llamada tzoatli o zoale. Para preparar las semillas de amaranto se les molía y mezclaba con miel de maguey. Los tarahumaras, mayas, tepehuanes, yaquis y miembros de otras tribus, preparaban un producto similar.

    A primera vista la semilla de amaranto parece ser algo desconocida, pero resulta familiar al saber que de ella se obtiene las tradicionales “alegrías”.

    El nombre alegría se le adjudico en el siglo XVI al dulce que se fabrica con la semilla reventada y luego por extensión a la planta entera. Cuentan los relatos de la época que uno por uno de los indígenas fueron probando el dulce y les pareció tan sabroso que empezaron a bailar y cantar de alegría, de ahí surgió el nombre del dulce que hoy es adornado con nueces, piñones, pasas y cacahuates.

    El nombre de Amaranto proveniente del griego significando “planta que no se marchita” (Vele, 2000).

     

    El Olivo

    El olivo fue traído a México en 1531 por Fray Martín de Valencia, siendo Tulyehualco el primer lugar en América en cultivarlo obteniendo muy buenos resultados debido a las condiciones propicias de la población, se produjo estupendamente a tal grado que se formo una franja de Olivo de más de dos kilómetros de longitud en la ribera del lago, a la fecha aún se conservan dos zonas de estos históricos árboles, una al oriente llamada Olivar de Santa Maria y la otra al poniente conocida como Olivar de las Animas, el Olivo dio lugar a una verdadera industria, además de procesar la aceituna, se construyo un molino para extraer el aceite de olivo, producto muy codiciado entre los españoles de la Colonia.

     

    Antecedentes de la Feria de la Alegría y el Olivo

    Cada año en el mes de febrero desde 1971 se lleva acabo la “Feria de La Alegría y el Olivo”, en la Plaza Quirino Mendoza en el pueblo de Santiago Tulyehualco, en donde se exponen y comercializan derivados del olivo y el tradicional dulce conocido como “Alegría”, derivado de la transformación de las nobles semillas del amaranto, con el fin de promover el consumo del cereal entre la población, así como el de la aceituna. Ambos productos representan uno los principales ingresos económicos de las familias de esta región.

    Además de la expo-venta los visitantes podrán disfrutar de comida típica, adquirir artesanías y disfrutar de la presencia de elencos artísticos y culturales para toda la familia